¿Qué es lo que realmente falta cuando se carece de amor? En realidad, lo que falta es la confianza en uno mismo, y se puede dividir en tres aspectos principales. Primero, no confiar en que uno es bueno y puede tener muchas cosas, se manifiesta como un sentimiento de no merecimiento, ansiedad, pérdida, miedo a ser abandonado, miedo a no ser querido, etc. Segundo, no confiar en que uno tiene poder, por lo que se siente inseguro y cree que solo puede soportar en silencio el daño del exterior. La manifestación puede ser una preocupación excesiva por ser víctima, imaginando que es objeto de burlas o acoso, o bien, al enfrentar el daño, no tener forma de defenderse ni de rechazarlo, e incluso complace a la otra parte para mantener esa sensación de seguridad. Tercero, falta de conocimiento sobre relaciones saludables. Debido a que en el pasado no se ha experimentado una relación equitativa, no se puede reconocer y siempre se debe pasar por relaciones extremadamente malas. Entonces, ¿por qué es así y qué se puede hacer? En última instancia, se debe a que desde pequeños hemos sido despojados de un sentido de poder y confianza en nosotros mismos. Por ejemplo, cuando intentas razonar con tus padres, ellos eligen la fuerza y la represión emocional, en ese momento tu sensación es que enfrentar el conflicto no sirve de nada, solo puedes obedecer. Además, aunque te desempeñes bastante bien, tus padres siempre deben decirte que nunca estarás a la altura de sus expectativas. Y desde pequeños, creemos que esto es amor, y al crecer, nos encontramos involuntariamente en este tipo de relaciones, y cuando finalmente encontramos a alguien que nos trata de manera equitativa, aún sentimos inseguridad.
¿Y cómo ayudarse a uno mismo? Es aprender, replantearse a uno mismo, reaprender qué es el amor. Esto se puede dividir en tres pasos. Primero, en momentos de inquietud y ansiedad, ayúdate a identificar de dónde proviene esa sensación; a menudo, la raíz no es el problema actual, sino un sentimiento del pasado que se ha prolongado. Por ejemplo, si tu pareja o amigo no responde al instante, en realidad no te importa ese segundo en concreto, sino que inmediatamente asocias eso con la pregunta: ¿seré abandonado? ¿no seré querido? Este pensamiento recurrente es la causa. La falta de respuesta inmediata es solo tu mecanismo de activación, luego comprende tu dolor en lugar de juzgarte a ti mismo. Querido, siento que ahora tienes mucho miedo de no ser querido, te entiendo; has pasado por innumerables momentos de menosprecio y negación, por supuesto que te preocuparás de no juzgarte a ti mismo, de pensar que no vales nada, etc. Todo esto es una repetición del menosprecio del pasado. Luego, consuélate a ti mismo, como un padre ideal imaginario, abrázate y dite a ti mismo que está bien, que en este segundo, en este minuto, estoy aquí, nadie puede venderte porque siempre estoy aquí. En este momento, tu posición ha cambiado; antes pensabas que necesitabas que alguien te consolara, que solo no podías, ahora te das cuenta de que en realidad puedes acompañarte a ti mismo a través de este momento, y la posición de la otra persona también cambiará. Antes, él era tu salvavidas, tu fuente de seguridad, por lo que cualquier pequeño cambio te ponía nervioso, pero ahora tú eres la prioridad, y tu respuesta a los cambios en la relación será más estable. Por supuesto, este proceso necesita tiempo; pasaremos repetidamente por el miedo y la preocupación. Consolarse está bien, es normal y necesario, como un gato callejero que ha sufrido, volviendo a confiar en las personas, necesitas derretirlo poco a poco.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
¿Qué es lo que realmente falta cuando se carece de amor? En realidad, lo que falta es la confianza en uno mismo, y se puede dividir en tres aspectos principales. Primero, no confiar en que uno es bueno y puede tener muchas cosas, se manifiesta como un sentimiento de no merecimiento, ansiedad, pérdida, miedo a ser abandonado, miedo a no ser querido, etc. Segundo, no confiar en que uno tiene poder, por lo que se siente inseguro y cree que solo puede soportar en silencio el daño del exterior. La manifestación puede ser una preocupación excesiva por ser víctima, imaginando que es objeto de burlas o acoso, o bien, al enfrentar el daño, no tener forma de defenderse ni de rechazarlo, e incluso complace a la otra parte para mantener esa sensación de seguridad. Tercero, falta de conocimiento sobre relaciones saludables. Debido a que en el pasado no se ha experimentado una relación equitativa, no se puede reconocer y siempre se debe pasar por relaciones extremadamente malas. Entonces, ¿por qué es así y qué se puede hacer? En última instancia, se debe a que desde pequeños hemos sido despojados de un sentido de poder y confianza en nosotros mismos. Por ejemplo, cuando intentas razonar con tus padres, ellos eligen la fuerza y la represión emocional, en ese momento tu sensación es que enfrentar el conflicto no sirve de nada, solo puedes obedecer. Además, aunque te desempeñes bastante bien, tus padres siempre deben decirte que nunca estarás a la altura de sus expectativas. Y desde pequeños, creemos que esto es amor, y al crecer, nos encontramos involuntariamente en este tipo de relaciones, y cuando finalmente encontramos a alguien que nos trata de manera equitativa, aún sentimos inseguridad.
¿Y cómo ayudarse a uno mismo? Es aprender, replantearse a uno mismo, reaprender qué es el amor. Esto se puede dividir en tres pasos. Primero, en momentos de inquietud y ansiedad, ayúdate a identificar de dónde proviene esa sensación; a menudo, la raíz no es el problema actual, sino un sentimiento del pasado que se ha prolongado. Por ejemplo, si tu pareja o amigo no responde al instante, en realidad no te importa ese segundo en concreto, sino que inmediatamente asocias eso con la pregunta: ¿seré abandonado? ¿no seré querido? Este pensamiento recurrente es la causa. La falta de respuesta inmediata es solo tu mecanismo de activación, luego comprende tu dolor en lugar de juzgarte a ti mismo. Querido, siento que ahora tienes mucho miedo de no ser querido, te entiendo; has pasado por innumerables momentos de menosprecio y negación, por supuesto que te preocuparás de no juzgarte a ti mismo, de pensar que no vales nada, etc. Todo esto es una repetición del menosprecio del pasado. Luego, consuélate a ti mismo, como un padre ideal imaginario, abrázate y dite a ti mismo que está bien, que en este segundo, en este minuto, estoy aquí, nadie puede venderte porque siempre estoy aquí. En este momento, tu posición ha cambiado; antes pensabas que necesitabas que alguien te consolara, que solo no podías, ahora te das cuenta de que en realidad puedes acompañarte a ti mismo a través de este momento, y la posición de la otra persona también cambiará. Antes, él era tu salvavidas, tu fuente de seguridad, por lo que cualquier pequeño cambio te ponía nervioso, pero ahora tú eres la prioridad, y tu respuesta a los cambios en la relación será más estable. Por supuesto, este proceso necesita tiempo; pasaremos repetidamente por el miedo y la preocupación. Consolarse está bien, es normal y necesario, como un gato callejero que ha sufrido, volviendo a confiar en las personas, necesitas derretirlo poco a poco.