Cuanto más inútil eres, más vives como una persona. ¿Por qué las obras de arte son tan hermosas? Porque son completamente inútiles, y la vida es tan fea porque está llena de intenciones y propósitos. Todas las relaciones descuidadas provienen de la falta de expectativas entre sí. El amor es hermoso; una rana puede enamorarse de un cisne, pero el matrimonio es feo, ya que involucra demasiados intereses en las relaciones: la familia política, la familia de origen y los suegros. Cuanto más inútil es algo, más libertad proporciona, y cuanto más se calcula, más asfixiante se vuelve. La verdadera sensación de libertad no es obtener, sino que nadie quiera obtener nada de ti. Las cosas que carecen de propósito son las más puras, las más duraderas, y el mundo más calculador resulta ser el más feo. Así que si deseas vivir con elegancia, debes aprender a tener menos intenciones y más inutilidad. Porque las cosas más bellas del mundo nunca buscan recompensa. A veces, la mejor forma de sobrevivir es aprender a desperdiciar: desperdiciar un poco de tiempo, un poco de sinceridad, e incluso un poco de uno mismo.
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Cuanto más inútil eres, más vives como una persona. ¿Por qué las obras de arte son tan hermosas? Porque son completamente inútiles, y la vida es tan fea porque está llena de intenciones y propósitos. Todas las relaciones descuidadas provienen de la falta de expectativas entre sí. El amor es hermoso; una rana puede enamorarse de un cisne, pero el matrimonio es feo, ya que involucra demasiados intereses en las relaciones: la familia política, la familia de origen y los suegros. Cuanto más inútil es algo, más libertad proporciona, y cuanto más se calcula, más asfixiante se vuelve. La verdadera sensación de libertad no es obtener, sino que nadie quiera obtener nada de ti. Las cosas que carecen de propósito son las más puras, las más duraderas, y el mundo más calculador resulta ser el más feo. Así que si deseas vivir con elegancia, debes aprender a tener menos intenciones y más inutilidad. Porque las cosas más bellas del mundo nunca buscan recompensa. A veces, la mejor forma de sobrevivir es aprender a desperdiciar: desperdiciar un poco de tiempo, un poco de sinceridad, e incluso un poco de uno mismo.